La semana pasada, empezamos a hablar del círculo cromático,
vimos los colores primarios y jugamos con ellos, y adelantamos algo sobre
secundarios y terciarios.
Es el momento de comprobar que las matemáticas acá tienen su
excepción que confirma la regla: 1 + 1, a nuestra percepción visual no es 2, sino
que es 1 pero distinto. Si no me
entienden, repasamos los colores secundarios:
Rojo + Amarillo: Naranja
Amarillo + Azul: Verde
Azul + Rojo: Violeta (o la camiseta de San Lorenzo, si no
los mezclamos, jeje)
Estos resultados son así de redonditos y siempre los mismos.
Lo que podemos hacer son variaciones, combinando un primario
y un secundario contiguos, por ejemplo: el amarillo con el verde, nos da como
resultado amarillo verdoso.
Y entonces estamos hablando de colores terciarios. Parece que estos señores empiezan a agrandarse
y ya tienen nombre (el del color predominante) y apellido (el color
subordinado).
Qué tal, me llamo Azul Violáceo.
Mucho gusto, soy Rojo Anaranjado.
Y así sigue la lista de presentaciones.
Para terminar esta parte de la teoría, antes de ir al juego,
una mención a lo que llamamos colores
complementarios.
Miren el círculo cromático y tracen una línea desde el rojo
y hacia su color opuesto. Cuál es?
Si dijeron el verde, muy bien 10
Ahora miren el azul, su opuesto es el naranja.
Y amarillo, su opuesto es el violeta.
Si prestaron atención, van a ver que hay una regla lógica acá: cada color primario tiene como complementario
al color que se forma con la mezcla de los otros dos primarios. Si, parece chino, pero es de lo más
sencillo. Saquen un par de lápices o acuarelas y
hagan la prueba!
Ahora, nuestra mini trivia del día.
Van a cerrar los ojos (que alguien les lea lo que sigue) y
pensar qué paisaje o lugar es el primero que les viene a la mente cuando
alguien menciona estos colores:
Verde
Violeta
Naranja
Acá van los míos.
Seguro las respuestas fueron mucho más diversas que en la trivia pasada.
Con el naranja, alguien puede haber pensado en la casa paterna, donde había un arbol de mandarinas, o haber elegido un paisaje lleno de lavanda para el violeta y recordar los paquetitos que le hacía su abuela para poner en el placard, o recordar un viñedo en un viaje a Italia... pero seguro que nadie pensó en un desierto con el verde... ni siquiera en su oasis.
Y esto por qué? Porque porque al vincular colores a lugares, ya entran en juego no sólo las emociones que ese color despierta, sino experiencias pasadas, que seguro tiñen también estas emociones.
Seguimos la próxima? Ahora vayan a recordar su imagen mental más feliz con el color que más les guste. Piensen por qué esa imagen y ese color y no otro...
Si quieren compartirla, acá estoy!
Hola Stella! Soy Lau de Bulubú y hoy vi tu mensaje en el grupo de blogueras! Pasaba por acá a dejarte otro saludo y felicitarte por las cosas que hacés, mucha dedicación increíble! Beso grande y seguimos en contacto!!
ResponderBorrarHola Lau!! qué genia! Graciaaas!!! No sabés lo que me alegra que te guste! Otro beso para vos y ya le voy a enganchar la onda a este bello mundo bloguero (teneme paciencia nomás, ja!) !!!
ResponderBorrar