20.8.14

Ta te ti

Es justo lo que hoy no vamos a hacer… jejeje.

Después de un par de posteos en el que hicimos un recorrido sobre la teoría de los colores, vamos a la parte divertida de todo esto:  cómo elegir la paleta de color cuando van a encarar un trabajo.  
Yo les cuento mi experiencia:
Primero primerísimo, tienen que hacerse de un espacio para trabajar (aunque sea chiquito) que esté limpio y ordenado.  No queremos distracciones. 
Si bien podemos mejorar un estado anímico cambiando un color, no sirve tener un revoltijo alrededor, que nos confunda o nos frustre.
En segundo lugar, pero primero en lo que a color se refiere: lo que hacemos es identificar qué colores nos atraen más y cuales menos.  Sabrán que esta elección no siempre es la misma, hay períodos en los que uno se siente más atraído por colores más intensos, otros por colores pasteles y otros por neutros... Pero es importante sentirse cómodos con la elección y no imponerse ningún color sólo porque está de moda o porque es el color preferido de otra persona.
Esta elección, se conoce con el nombre científico de: "porquesí"








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A veces este proceso está ya encaminado si uno tiene un tablero de inspiración  (inspiration board, para ser más cool)  porque descubrimos un patrón de colores que se repite en las imágenes, telas y etcéteras que pusimos ahí.  Atentos entonces a eso.
Además de este primer momento de “iluminación colorística” (pero Stellita, qué cosas dice?!), cuando tengo que arrancar una nueva pieza, si la misma ya tiene destinario específico,  pregunto su color favorito y el que menos usa.
A partir de ahí abro un abanico de colores, y nuevamente elijo de acuerdo a cómo me siento con ellos. Esto es importante porque si el color favorito de esa persona es el rojo y a mí me incomoda, el resultado no va a ser el mejor y corremos el riesgo de que no le guste lo que hicimos a pesar de usar el color que eligió.


Hadita inspirada en mi hermana, que adora el amarillo.




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Obviamente, si la pieza no tiene destinario, me gusta imaginarme quién la va a usar y a partir de ahí repito el proceso anterior. No se crean que esto es fácil. A veces es más difícil que tener un parámetro dentro del cual moverse.  


Regalo de casamiento.  Piensen todos los colores que NO podría haber usado en este caso.

Pero también tengo otra manera de elegir una paleta de colores: de acuerdo a la funcionalidad y a la futura ubicación de lo que vamos a colorear. Intento imaginarme qué sensación me va a generar ver ese objeto cumpliendo esa función y a partir de ahí elijo.




Y por último, lo que no quiere decir que no sea importante: cuando elijo una paleta, también busco equilibrar mis emociones actuales… No, no soy una desequilibrada, si es lo que creyeron luego de esta última frase. Ejemplifico para que se entienda: si estoy muy apática uso colores cálidos, si estoy muy eufórica uso fríos o neutros.

¿Cómo les parece que estaba cuando elegí esta paleta?

Bien hasta aquí llegamos hoy. Ya les dije, así elijo yo, ustedes pueden experimentar.  
La teoría, la tienen... o la buscan en este blog, estamos a su servicio.  
Ahora... a colorear se ha dicho!!

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